El colegio elaboró, en abril de 2020, un documento en el que se establecían recomendaciones de operación de los sistemas de climatización para minimizar la vía de transmisión aérea por gotículas de menos de 5 micros. Además, el informe destacaba que no eran necesarias medidas extra en la limpieza y mantenimiento de conductos, salvo casos extremos en determinadas zonas de aerosolización, y que los purificadores de aire tienen un efecto muy limitado si no se dimensionan adecuadamente
Valencia (8/07/2020).- El Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de la Comunitat Valenciana (COIICV), junto a Monsolar Ingenieros, S.L. realizó, en abril de 2020, una serie de recomendaciones para prevenir y minimizar la transmisión del SARS-COV-2 a través de los sistemas de climatización de edificios y locales. Las dos vertientes sobre las que el documento, realizado por el COIICV, recomendaba actuar para incrementar la seguridad en estos espacios cerrados son incrementar la renovación de aire a través de los sistemas de ventilación, aumentando caudales de aire exterior y reduciendo los tiempos de renovación de aire del interior, así como la revisión de la calidad del filtrado que se realiza del aire del interior del local.
En este sentido, se recomienda que en los edificios con sistemas de ventilación mecánica se realicen tiempos de operaciones más prolongadas de lo habitual. Esto es, iniciar la ventilación un par de horas antes de lo habitual y apagarlo un par de horas después. Y aunque va en contra de los principios de eficiencia energética, no se descartaba, como solución óptima, llegar a mantener, en determinados espacios, el sistema de climatización encendido las 24 horas, los 7 días de la semana. Esta medida favorecería el efecto limpieza del sistema de climatización, tanto de impulsión como de retorno, según el documento elaborado por el COIICV.
En aquellos edificios o locales donde se utilizan Unidades de Tratamiento de Aire (UTAs) centralizados con recirculación, se recomendaba evitar la recirculación en determinados espacios con proyección de aerosoles en momentos como el actual, de episodios de SARS-CoV-2, ya que “si hubiera existencia de partículas con virus en el interior de los conductos de retorno, podría llegar a existir la probabilidad de volver a contaminar las zonas ocupadas”, siempre que las condiciones de operación lo permitan.
En esos casos, se recomendaba evitar la circulación central, cerrar las compuertas de recirculación y trabajar exclusivamente con aire exterior, pero previamente habría que verificar si el sistema dispone de suficiente potencia, o si se produciría el fenómeno conocido como sobrecalentamiento, cayendo el rendimiento del sistema, disparándose el consumo de energía, no enfriando suficientemente el aire y dañando los equipos, reduciendo drásticamente su vida útil. En ocasiones, las unidades de tratamiento de aire están equipadas con filtros de aire de retorno (F7 y F8) que no llegan a filtrar nanopartículas ( de 0,06 a 0,140 micras) con virus de manera efectiva.
Para los equipos de recuperación de calor se recomendaba apagar temporalmente los intercambiadores de calor rotativos durante episodios de SARS-CoV-2, también sólo si las condiciones de operación y la capacidad del sistema lo permiten. La transmisión de partículas de virus a través de estos dispositivos no debería ser un problema cuando está equipado con una unidad de doble bobina u otro dispositivo de recuperación de calor ya que “garantiza una separación del aire del 100% entre el lado de extracción y el de impulso”, destaca el documento.
24/7 para garantizar el efecto limpieza en locales de descanso
En cuanto a extracción de aire en servicios higiénicos y locales de descanso los sistemas de climatización deberían estar en funcionamiento las 24 horas, los 7 días de la semana, para favorecer el efecto limpieza del lugar. Además, para evitar la transmisión fecal-oral, “los sistemas de descarga de agua de los inodoros deberían ser accionados con la tapa del WC cerrada”.
Como norma general, el COIICV y Monsolar Ingenieros, S.L., destacaban en este documento que “debe evitarse la apertura de ventanas en los aseos, puesto que al aumentar la presión de la estancia se pueden generar flujos con aire contaminado hacia otras zonas del edificio de menor presión”, explica el documento.
Por lo que respecta a la limpieza de conductos, si se siguen las anteriores recomendaciones en cuanto a recuperadores de calor y recirculación “no se necesitan cambios en los procedimientos normales de limpieza y mantenimiento de conductos“, subraya el documento. Y es que los virus, unidos a partículas pequeñas no se depositarán fácilmente en los conductos de retorno/extracción.
En referencia a la frecuencia en la sustitución de los filtros de aire exterior, las actuales UTAs de los sistemas de climatización (RITE2013) están equipadas con filtros después de la entrada de aire exterior que filtran bien las partículas pequeñas. Y por tanto es “difícil asumir que el aporte de aire exterior pueda ser una fuente de contagios”.
Purificadores de aire con efecto limitado
En cuanto a los purificadores de aire, el documento elaborado por el COIICV y Monsolar Ingenieros SL, destacaba que pueden eliminar eficazmente las partículas del aire.
Esto logra un “efecto similar y complementario al de una buena ventilación con aire exterior, aunque para ser efectivos debe disponer de alguno de los sistemas siguientes: Filtros HEPA (High Eficiency Particular Aire Filter), filtración electrostática, luz ultravioleta de radiación corta UV-C, oxidación fotocatalítica o PCO (Photocatalytic Oxidation) o la ionización bipolar, controlando siempre la emisión de ozono, peligroso para la salud y el medioambiente”, explica el ingeniero industrial colegiado del COIICV, experto en climatización y delegado comercial de Samsung en la Comunitat Valenciana, Víctor Navarro Reyes.
En este sentido, destaca además que “la eficacia de equipos previstos para uso doméstico sólo será eficaz en locales con menos de 10 metros cuadrados, el caudal a renovar o purificar debe de ser mínimo de 12,5 litros por segundo y persona”.
Para el COIICV, en edificios con sistemas de ventilación natural y sin ventilación mecánica, se recomienda abrir ventanas exteriores, mucho más de lo normal, con el fin de aumentar la ventilación natural, incluso cuando cause cierta incomodidad térmica, ya que es la única opción de renovación del aire interior de las estancias.
El experto en climatización, Víctor Navarro Reyes “el Reglamento de Instalaciones Térmicas en Edificios (RITE) establece la obligatoriedad de renovar el aire en el interior de los establecimientos sujetos al mismo, al igual que lo hace el Código Técnico de la Edificación (CTE) para las viviendas”.
“Es verdad que se debe equilibrar la calidad del aire con la eficiencia energética de la instalación, pero, en la situación actual, una buena opción puede ser instalar sistemas de renovación de aire en aquellas instalaciones que no lo tuvieran por ser anteriores a la entrada en vigor de la normativa que lo exige o suplementar el sistema ya disponible con una ventilación adicional”, explica.
En este sentido, el decano del COIICV, Salvador Puigdengolas, destaca que “los sistemas de climatización en los interiores reducen el riesgo de contagio de enfermedades si son los adecuados y se encuentran en el estado óptimo de conservación y mantenimiento, ya que filtran el aire y reducen la contaminación o carga vírica que podría llegar a concentrarse en determinado espacio mal dimensionado, mal equipado y mal mantenido”.