Por Teresa Andrés, Responsable de comunicación y promoción del COIICV.

Desde hace algunos años, y agudizado por la crisis económica que venimos arrastrando, todos miramos los gastos que tenemos y revisamos muy bien donde invertimos nuestro dinero. Por ello, antes de tomar la decisión de gastar cualquier cantidad, aunque sean 43€ al trimestre, se nos tiene que haber justificado muy bien que lo que vamos a pagar, nos va a reportar los beneficios que esperamos. Estamos en la era del “WIN- WIN”, y para que una relación profesional funcione,  debe ser rentable para las 2 partes que entablan dicha relación.

Lejos queda la etapa en la que pertenecer al Colegio era considerado una distinción y un orgullo; en la que no era necesario explicar el catálogo de servicios que tenía el Colegio,  pues de manera natural los recién titulados acudían directamente a su colegio profesional para iniciar su nueva etapa profesional bajo el paraguas de esta institución. Ahora las cosas han cambiado, y cuando los estudiantes de ingeniería industrial finalizan sus estudios en la E.T.S.I.I, no tienen tan claro ese acercamiento directo al Colegio, y hay que informarles con detalle de toda la amplia oferta de servicios y actividades que el colegio tiene disponible para  los jóvenes recién titulados, como puede ser el plan de empleo joven, el Speednetworking o una bolsa de empleo especializada. Necesitan conocer y tener cuantificados los beneficios que el Colegio puede aportarles, para finalmente dar el salto e incorporarse a la única asociación profesional que defenderá su profesión y le ofertará una amplia carta de servicios. Además,  el Colegio puede aportar una serie de intangibles, difíciles de medir pero de gran importancia estratégica.

Este es el escenario, en el que día a día se mueve el Colegio. Por ello, es imprescindible esforzarse por ofrecer nuevos servicios que satisfagan las necesidades de nuestros colegiados y mejorar los que ya tenemos, así como de organizar actividades de interés y perfilar eventos para  fomentar el networking entre compañeros, con el fin de dotar de contenidos a la cuota que cada colegiado paga por su pertenencia al Colegio. Para llevar a cabo toda esa importante labor, en el año 2014 se creó una comisión específica, la comisión de colegiación.

Me llama poderosamente la atención, el desapego y el poco corporativismo que muestran en general los jóvenes ingenieros industriales, frente al que se percibe en otros titulados como puede ser los médicos ó los abogados. Entiendo que el carácter polivante y generalista de nuestra carrera, forja un estilo y un carácter, que nos lleva a ser profesionales independientes, autosuficientes y resolutivos, acostumbrados a funcionar solos y a ser capaces de solventar cualquier tipo de problema. Considero que en muchas ocasiones, estas características que se perfilan en la carrera nos llevan a cometer el gran error de cuestionarnos la necesidad de pertenecer al Colegio profesional. ¿Qué me aporta el Colegio, si yo puedo funcionar bien solo?

Al terminar la carrera, y tener que entrar en contacto con el mundo laboral, es fundamental crear y mantener relaciones profesionales, y estar conectados con nuestro universo profesional. Y todo ello se consigue  perteneciendo a un colegio profesional.

Finalmente quisiera comentar una de las funciones más importantes, que desde mi punto de vista realiza el Colegio, que es la defensa de nuestra profesión.

justicia

 El Colegio desempeña una importante labor en todo lo relativo a la defensa de la profesión, velando por  las competencias del ingeniero industrial y luchando por nuestros intereses colectivos.  Son muchas las actuaciones realizadas al respecto, pero en esta ocasión quisiera comentar brevemente una de ellas,  como ejemplo de lo indicado anteriormente.

 El Colegio tuvo conocimiento en 2010, que el Ayuntamiento de Denia, cuando aprobó el expediente para contratar la redacción del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), se olvidó de los Ingenieros Industriales. El Colegio ha luchado desde entonces, para que  se admita la necesidad de contar un Ingeniero Industrial en la composición del Equipo Redactor del PGOU de esta ciudad, con el fin de que se reconozcan las atribuciones profesionales de los Ingenieros Industriales. Finalmente el Tribunal Superior de Justicia ha dado la razón al Colegio.

Desde mi punto de vista, solo por esta importante labor en defensa de la profesión, sería necesario que todos los Ingenieros Industriales  se colegiaran, o al menos entendiesen que es motivo suficiente para hacerlo