Por Jaime Martínez Verdú, Ingeniero Industrial-MBA especialista en Robótica, FEA y Maquinaria en Mecanizados del Vinalopó SL

Por lo que he podido aprender de mis propias experiencias, el trabajo de un ingeniero se basa en analizar un problema partiéndolo en cachitos, resolver esos cachitos y finalmente dar una solución conjunta.

Como salta a la vista, nuestro trabajo va siempre asociado a ofrecer un servicio o diseñar/fabricar un producto, por lo que en algún momento resulta necesario vender esa solución que estás ofreciendo. Vamos, que hay que hacerse a la idea de que hay que pensar que siempre va a haber un cliente cuya necesidad hay que satisfacer. Efectivamente, un ingeniero no debe conformarse con encerrarse en su oficina y esperar a que caiga un problema sobre su mesa para resolverlo (y ya está), sino que debe ser capaz de darle un enfoque de negocio a su trabajo y generar esa necesidad.

Otra cosa que siempre me ha llamado mucho la atención, es la gran cantidad de profesionales con el perfil de ingeniero que ocupan cargos directivos en las empresas. Un puesto directivo generalmente participa en la toma de decisiones de la empresa o bien está muy relacionado con aquellas personas que se encargan de tomar dichas decisiones estratégicas. Por tanto, resulta necesario disponer de una perspectiva desde el punto de vista de negocio para desempeñar este tipo de funciones.

Estrategia-empresarial-COIICV

Por lo que a mí respecta, el trabajar en una empresa familiar ha sido otro aliciente más para lanzarme a la piscina y estudiar un postgrado que me permitiera asimilar todos estos conceptos en administración y dirección empresarial y así poder mejorar el funcionamiento de la misma, que al fin y al cabo, es otro problema que hay que partir en cachitos y resolver.

Las primeras semanas lo que me contaban en clase me sonaba a chino (que si la satisfacción del cliente, que si el ratio de solvencia…) y la verdad es que me costaba pillar los conceptos. Pero rápidamente vas atando cabos y con el día a día me iba dando cuenta del potencial de estos conocimientos combinados con las competencias técnicas de un ingeniero.

En el MBA a uno le enseñan a ser capaz de analizar el comportamiento de la empresa en base a unos datos y con ello poder tomar decisiones para hacer que la empresa se comporte ‘conforme uno desee’ (aunque en la práctica la empresa muchas veces no te hace caso). Por mi experiencia, la gran ventaja del combo ingeniero+MBA está en que es capaz de hacerse sus propias herramientas para el tratamiento lo que le da cierta autonomía (no depende de terceras personas) y además, como ha parido la herramienta, conoce las entrañas del tratamiento de datos y le da un plus a la interpretación de datos. Uno es capaz de hacerse sus propias herramientas para analizar la contabilidad, los costes, cálculo de presupuestos, gestión de la producción, encuestas a clientes,… y luego aplicar lo aprendido en el MBA para sacar conclusiones y tomar decisiones.

En definitiva, una empresa es otra máquina que necesita ser diseñada, desarrollada y también que le hagan funcionar, por lo que la combinación de una ingeniería con conocimientos empresariales puede aportar muy buenos resultados y marcar la diferencia en el funcionamiento de la misma.