Por Oscar Arauz Montes. Vocal de la Junta de Gobierno del Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de la Comunitat Valenciana.
Después de un año de la entrada en vigor del RD 235/2013 , que obliga a certificar la eficiencia energética de todas las viviendas de segunda mano que sean objeto de venta o de alquiler, siguen apareciendo “ofertas” a precios de derribo para la realización de estos certificados. La mayor parte de estas ofertas no incluyen una visita a la vivienda o local a certificar, lo que entra en contradicción con el Artículo 5 del RD: “Durante el proceso de certificación, el técnico competente realizará las pruebas y comprobaciones necesarias, con la finalidad de establecer la conformidad de la información contenida en el certificado de eficiencia energética con el edificio o con la parte del mismo.”
Los profesionales que llevamos tiempo trabajando en el sector de la energía en la edificación no salimos de nuestro asombro. Lo que se plantea como una medida de ahorro energético parece abocado a un mero trámite sujeto a un mercadeo inaceptable, lo que ha supuesto que el ciudadano que tiene que certificar su vivienda para poder alquilarla o venderla vea este tramite como una nueva tasa que ha impuesto la Administración.
Pero no es un trámite: los técnicos certificadores están obligados a proponer medidas de eficiencia energética viables, tanto desde el punto de vista técnico como económico, que mejoren de forma sustancial la calificación energética de la vivienda o local en cuestión. Así, el propietario dispondrá de información sobre cómo implementarlas y podrá generar ahorros a medio plazo.
Por otra parte, una mejor calificación energética supone que la vivienda o local van a consumir menos energía para conseguir las condiciones de confort que marca la normativa.
Ejemplo práctico: pareado 150m2
Como ejemplo, podríamos analizar un pareado de 150 m2, de los que tenemos muchos en la Comunitat Valenciana. Esta vivienda, construida en los años 90, según la normativa en vigor, es decir la NBE-CT 79, con ventanas de doble cristal y marco metálico, con un termo de ACS y un sistema de calefacción y refrigeración por bomba de calor con más de 10 años de antigüedad, se calificaría con una G y tendría una demanda de calefacción de 65 kWh/m2 y de 12 kWh/m2 en refrigeración, siendo la demanda de energía primaría de la vivienda de 256 kWh/m2. La misma vivienda, con una mejor envolvente, es decir, muros y cubiertas con aislamiento de 10 cm, una caldera de GN para generación de ACS, una bomba de calor más eficiente y mejores ventanas, tendría un consumo de calefacción de 44 kWh/m2 y de 7 kWh/m2 en refrigeración, mientras que la demanda total de energía primaria sería de 112 kWh/m2.
Indicadores de consumo de energía de un pareado poco eficiente:
Indicadores de consumo de energía de un pareado eficiente:
Esta reducción, para la misma vivienda y el mismo uso del 65% de consumo de energía primaria por m2, lo que significa un ahorro anual de 21.600 kWh anuales, es la información que los técnicos tienen que transmitir a los usuarios. Aquí radica la importancia de la certificación energética y no en cumplir un mero tramite impuesto por la legislación.
Cualificación y experiencia, indispensables para una correcta certificación
Este trabajo profesional requiere de conocimientos previos, formación específica en las herramientas de certificación, exige tiempo y dedicación, tanto para visitar, estudiar y tomar datos de la vivienda o local a certificar, como para recabar información de los equipos consumidores de energía de que disponga la vivienda o local. Obtener valores de la envolvente térmica o del rendimiento, potencia y estado de las instalaciones de generación de energía que encontramos, no es tarea sencilla ni apta para recién llegados a este campo.
A partir de aquí, la experiencia y conocimientos del técnico certificador permitirán detectar las medidas más viables que nos ayudarán a reducir el consumo de energía de los edificios, objetivo del Real Decreto y de la Directiva 2010/31/CE.
La experiencia adquirida en este campo nos ayudará a diseñar edificios más eficientes y conseguir uno de los objetivos más buscados, diseñar y construir edificios de consumo casi nulo.
Con esta estrategia, el Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de la Comunitat Valenciana persigue dos objetivos: cualificar a ingenieros industriales para que sean capaces de hacer buenas certificaciones y que el resultado de su trabajo contribuya a reducir el gasto energético en nuestro país. Es decir, poner nuestro conocimiento y preparación al servicio del interés general. Algo que otros no están haciendo.