Por Conchi Arribas, Ingeniera Industrial Colegiada
La emergencia de una nueva revolución industrial 4.0, se ha convertido en el tema del momento. Robótica, sistemas autónomos, impresión 3D, procesamiento de datos, tecnología de activación, reconocimiento de imágenes, movimiento y voz, son objeto de conferencias, artículos y programas de televisión.
La primera revolución industrial generó importantes incrementos en la productividad mediante el uso de la máquina de vapor. La segunda fue propiciada por la electrificación y por último, en los 70, la automatización revolucionó la industria introduciendo los robots para la realización de las tareas más pesadas. Desde este hito los avances tecnológicos en la industria han continuado. Entonces, ¿Qué hay de nuevo ahora? ¿Qué habrá mañana?
La concurrencia en el desarrollo de diversas tecnologías que se integran, permitiendo disponer de sistemas conectados que interactúan entre sí, se autodiagnostican para prevenir fallos, se configuran y adaptan a los cambios, permitirá procesos más rápidos y eficientes, lo que se traducirá en disminución de los costes de producción con incrementos al tiempo en la calidad.
El abaratamiento de los robots, se prevé una reducción del coste del 20% en una década, permitirá emplearlos en tareas en las que el balance coste-beneficio lo impedía. Su mayor sofisticación, su habilidad para desarrollar tareas complejas, y la mayor seguridad en su convivencia con los humanos, los hace, asimismo desplegables en nuevos ámbitos. El incremento de su eficiencia, que se prevé en torno al 5% anual, permitirá que en algunas industrias más del 40% de las tareas sean realizadas por robots.
Los países y empresas que desplieguen de manera exitosa las tecnologías asociadas a esta revolución, verán incrementada su productividad en una magnitud tal que generará una brecha creciente con las que no lo hagan. Se prevé un incremento del 30% del PIB mundial consecuencia directa de la nueva robotización. El incremento en la productividad, si bien será variable en función de la industria, se prevé entre el 15-30%. La industria que produce los sistemas que permiten desplegar la industria 4.0 será la más beneficiada.
La aparición de fondos de inversión sectoriales centrados en la robótica, puede resultar clave para comprender el potencial y la inminencia de la revolución, y, con ello, la urgencia de adoptarla y adaptarla de una forma adecuada a cada empresa. Un observador externo a la industria y la ingeniería, conservador por naturaleza y dispuesto a apostar únicamente cuando los beneficios esperados balancean adecuadamente los riesgos, informa con una visión distinta sobre la industrial 4.0.
De los fondos comercializados en España, registrados en la CNMV, 16 declaran en su denominación y política de inversión centrarse en exclusiva en industrias relacionadas con la robótica e inteligencia artificial. Estos 16 fondos son gestionados por 3 gestoras: Pictet gestiona los fondos robotics cuya fecha de creación es la más antigua, 7 de octubre de 2015, Esfera creó su fondo robotics en abril de 2016 y Credit Suisse en junio de 2016.
Parece que las gestoras han encontrado en el análisis de la evolución de las empresas relacionadas con la industria 4.0 y en los estudios económicos sobre la misma el mix adecuado para la creación de instrumentos de inversión a los que presuponen rentabilidades superiores a la media. El momento puede indicarnos la inminencia e importancia de adaptarnos.
El presente artículo no constituye una recomendación de inversión, tan solo pretende aportar la perspectiva financiera sobre la revolución 4.0.
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