Por Teresa Andrés, ingeniera industrial colegiada, Responsable de Comunicación y Promoción del COIICV.
Actualmente al tradicional y natural acto de relacionarse lo llamamos networking..
El significado literal y etimológico de esta palabra inglesa que se ha instalado con fuerza en nuestro vocabulario personal y profesional es trabajar en red (pues “net” es red y work quiere decir “trabajar”).
Como curiosidad, la palabra networking aparece por primera vez en el diccionario americano Merrien-Webster en 1966. Quizás anteriormente las personas viajaban menos, se nacía y moría en la misma ciudad, en el mismo barrio y toda la comunidad se conocía perfectamente. Hoy en día cada persona cambia de trabajo en su vida entre 3 y 10 veces, vive en ciudades diferentes, estudia fuera de su ciudad y tiene oportunidades de trabajar fuera de su país. Ante esta movilidad geográfica de los últimos años, la posibilidad de conocer a gente diferente y de establecer un amplio círculo de contactos adquiere todavía más importancia.
Bill Clinton es uno de los personajes públicos a los que más personas se refieren como ejemplo de persona capaz de cultivar sus contactos y realizar networking. Se dice que comenzó a desarrollar una agenda desde su época en el instituto en la que incluía los nombres de todas las personas a los que iba conociendo. Esta lista fue conocida como FOLB o Friends of Bill, es decir los amigos de Bill. Más tarde fue gobernador y llegó a ser presidente de los Estados Unidos.
La definición más estandariza y que a mí personalmente más me gusta de networking es el “arte de construir y mantener relaciones de confianza a largo plazo que impliquen siempre un beneficio conjunto para ambas partes”.
Esta relación siempre debe ser bidireccional, es decir debe aportar ventajas para los participantes y para que funcione a largo plazo deben sentir que es una relación win-win. .” Por cierto, este tipo de relaciones, cuesta mucho de crear y muy poco de perder.
El hecho de disponer de una red de contactos trabajada y potenciada es posiblemente una verdadera filosofía de vida, o al menos tendría que ser entendido como tal.
Nuestra red nos puede ayudar, y mucho, en cualquier faceta de nuestra vida.
El networking implica: compartir información con otras personas, recibir ayuda de otros ayudando nosotros antes, desarrollar relaciones antes de que necesitemos algo de nuestro contacto.
La clave para realizar un networking efectivo es empezar, la acción es lo único que tiene valor.
Se suele decir que el networking sirve sólo para 2 cosas: a) mejoras y cambios laborales, y b) nuevos negocios y proyectos.
Como se puede considerar una herramienta de trabajo muy potente, hay que dotarlo de referencias estratégicas y metodológicas, es decir hay que empezar trazando una estrategia personal. Esta estrategia debe ser individual e intransferible, Una vez tengamos clara, definida y puesta por escrito la estrategia ya podemos empezar a trabajar. Para hacerlo hay que buscar una serie de objetivos.
Para realizar un buen networking profesional, la premisa básica y principal es dar para recibir. Hay que mostrar nuestra generosidad. El que da, siempre recibe, a corto o medio plazo. Si una cosa está clara es que la persona que hace red, se debe caracterizar por querer ayudar y compartir. Lo que no encaja con hacer un buen networking, es estar en la red para pedir y no estar dispuesto a dar. Pues esto puede dar resultados a corto plazo, pero nada más.
El Colegio, conocedor de la importancia de generar estas relaciones profesionales, se ocupa de organizar actos y eventos que favorecen este networking profesional entre sus colegiados. Por ello, organiza regularmente jornadas, conferencias, visitas a empresas, presentación de libros, cena de compañerismo, eventos de ocio… para que los colegiados puedan tener oportunidad de conocer a otros compañeros con el fin de poder ampliar su red de contactos.