Por Héctor Sánchez, ingeniero industrial colegiado.
Todavía recuerdo cuando, de niño, con la misma curiosidad con la que visitaba la Estación del Norte y sus trenes estacionados en vía, o el Puerto de Valencia, con sus grandes buques, me asomaba a los ventanales del Aeropuerto de Valencia-Manises para ver aterrizar y despegar los aviones de la época. La calidad de los cerramientos utilizados y la ausencia de las actuales medidas de seguridad, permitían percibir entonces con bastante cercanía el llamado ‘lado aire’. Junto al mayor tamaño con que lo veía todo, por mi corta edad, el sonido de los motores me hacía sentir casi en la pista, asistiendo a un espectáculo visual no tan fácil de apreciar hoy en día. Con un entorno más enfocado al confort del viajero durante la espera, la sensación de estar en un aeropuerto puede perderse en determinados momentos hasta que se realizan acciones como facturación de equipaje o llegada a la puerta de embarque, entre otras. Un aeropuerto diferente, que ya estrenó nueva terminal de pasajeros en 1983, y recientemente ha sabido integrar en su arquitectura las ampliaciones realizadas en 2007 y 2012.
Detalle del exterior de la Terminal 1 del Aeropuerto de Valencia-Manises.
El pasado mes de mayo tuve la oportunidad de disfrutar de una charla informal con Joaquín Rodríguez Guerrero, nuevo Director del Aeropuerto de Valencia, desde febrero, con quien pude hablar sobre diferentes cuestiones de interés, algunas comentadas recientemente ante los medios. En definitiva, una conversación entre dos ingenieros de diferente especialidad, donde cada uno pudo mostrar su punto de vista sobre las mejoras que se desea llevar a la práctica. Nos acompañó Laura Baldó, Responsable de Prensa, que coordinó el encuentro aportando comodidad al mismo.
Joaquín Rodríguez propuso acudir a la cafetería junto a la Terminal Regional, en la primera planta. Desde este lugar pude disfrutar de buenas vistas, incluso de la pista de aterrizaje, acercándome un poco más a aquellas imágenes ya comentadas. Ambiente tranquilo, interrumpido de vez en cuando por los ecos de la megafonía, apartado del movimiento de viajeros que, de aquí para allá, esperaban su vuelo de salida o llegaban a la ciudad de Valencia.
Panorámica de la Terminal Regional desde la cafetería. Al fondo se observan la pista y algunas aeronaves.
Comencé la charla recordando el contenido de las noticias aparecidas en prensa. Hace dos meses se inauguró la conexión diaria con Roma, para la temporada de verano, operada por Alitalia y, por otra parte, se quiere recuperar Nueva York como destino transoceánico de interés social y cuadrarlo con otros destinos. El Aeropuerto de Valencia se encuentra en el llamado ‘grupo uno’ (aeropuertos con más de dos millones de pasajeros al año; concretamente 6,7 millones de pasajeros en 2017), y con una posición consolidada a nivel nacional. Yendo a la hora punta u hora con mayor operativa como parámetro principal de medición tenemos que, en Valencia, el año pasado, la hora punta fue de 21 aeronaves frente a las 34 correspondientes a la máxima capacidad del aeropuerto, que todavía puede admitir más operaciones con la infraestructura actual.
Se trabaja con un modelo de gestión acorde a las nuevas tendencias, con seis grupos de trabajo transversales que incluyen a los responsables de las diferentes áreas y donde se estudian las necesidades y el plan de acción inmediato y a largo plazo, surgiendo propuestas relativas a limpieza, confort, seguridad y RSC, entre otros aspectos. La zona comercial cobrará cada vez más importancia haciendo amena la espera del viajero. Se han licitado ya tres tiendas ‘multiproducto’, una óptica y un punto de ‘delicatessen’, entre otras, y se ha ampliado la sala VIP. Se dispone además de mecanismos de control de calidad, como por ejemplo encuestas con 35 ítems o dispositivos electrónicos de evaluación (mostrando iconos de ‘caras’) a la salida de los servicios. Se desea evitar que los viajeros se vean obligados a cambiar de planta, con la incomodidad que ello conlleva si arrastran equipaje, y mejorar la distribución de flujos en terminales. Se premia también la innovación del empleado, como ha sucedido hace poco con el premio obtenido por el Coordinador y un técnico del área de mantenimiento aeroporturario, ganadores en 2017 de la I edición de Premios Innova, al idear un sistema inteligente de control de la iluminación LED en los ‘fingers’ durante el proceso de embarque, en función de las condiciones de luz exterior e interior, número de viajeros presentes, inicio de actividad, etc.
Comentando cuestiones durante el encuentro. De izquierda a derecha: Joaquín Rodríguez y Héctor Sánchez.
Las mejoras también han llegado a los procedimientos operativos (control aéreo) y promoción de destinos junto a instituciones públicas, y se pretende facilitar la conectividad entre vuelos. El departamento de marketing trabaja continuamente en captación de tráfico y nuevas rutas. Si existe mercado para un destino, se ofrece a la línea aérea la información de tráfico cruzado y de rentabilidad, para poder tomar la decisión de operar en el aeropuerto. Se desea captar tráfico de los países nórdicos. Respecto a la sensibilidad medioambiental me recordó el Director que, desde 2010, hay nuevas rutas de despegue acordadas con los ayuntamientos, con monitorización diaria de niveles de ruido, y hay propuestas más de 4500 viviendas para acondicionamiento acústico. La gestión de residuos cuenta con los estándares de calidad correspondientes a unas instalaciones modernas.
Los dos ingenieros, al final de la reunión, bajo las
pantallas indicadoras de salidas y llegadas de vuelos.
En mi caso particular, como ingeniero industrial muy pendiente de la evolución del Corredor Mediterráneo, no podía dejar de preguntar a Joaquín Rodríguez sobre la contribución del transporte aéreo en Valencia a la actividad logística, y a la presencia de la futura infraestructura ferroviaria que se supone que debe unir puertos y aeropuertos con sus ‘hinterland’ correspondientes. Se está en contacto con representantes de los entornos implicados, con los que se han mantenido encuentros, a la vez que no se deja de promocionar la propia capacidad del aeropuerto para el transporte de mercancías. La terminal de carga o centro de carga aérea cuenta con una superficie total de 3,1 y 2,8 hectáreas, respectivamente, repartidas en dos líneas. Dispone de un Puesto de Inspección Fronteriza, y de un edificio de servicios generales con 2366 m2. La capacidad de carga se estima en 72000 toneladas por año, habiéndose transportado 13125 toneladas en 2017. Actualmente operan UPS, DHL, Swiftair o ASL Airlines Belgium, y se considera de interés poder contar con un carguero multicliente. No olvidemos que se trata de una plataforma logística intermodal, con buenos accesos para las diferentes opciones de conexión que integran el modo aéreo con los otros modos de transporte.
Con todo lo visto, poco más quedaba ya por comentar en un encuentro de algo más de una hora, donde sin embargo el tiempo pareció pasar muy rápido. La mejor forma de terminar esta charla fue la instantánea que pude hacerme junto al nuevo Director, donde se refleja la cordialidad del momento. Se presentan nuevas alas para Valencia, si se hacen realidad los cambios previstos para nuestro aeropuerto a partir de ahora.
Fuentes consultadas:
– Notas de la reunión con Joaquín Rodríguez Guerrero
– Archivo personal de fotografía de Héctor Sánchez García
– Enlaces web siguientes:
http://www.aeropuerto-valencia.com/ampliacion-aeropuerto-de-valencia.htm
http://www.aena.es/es/aeropuerto-valencia/centro-carga-aerea.html
http://www.aena.es/es/aeropuerto-valencia/historia.html
http://www.lavanguardia.com/vida/20180419/442733262482/el-aeropuerto-de-valencia-ofrece-mas-plazas-y-12-nuevas-rutas-este-verano.html
https://www.20minutos.es/noticia/3318556/0/aeropuerto-valencia-ofrece-12-nuevas-rutas-este-verano-aspira-recuperar-futuro-nueva-york/
https://www.20minutos.es/noticia/3318435/0/aeropuerto-valencia-invertira-23-millones-hasta-2022-infraestructuras-se-lanza-empresasmercancias/