Por Isolina Espinosa, periodista en COIICV.

Hace pocos días aparecía ante los ojos de muchos la emotiva escena de Antonia, una abuelita enferma de alzhéimer en brazos de su nieto Giancarlo. La foto, subida a la cuenta de Facebook y Twitter del joven, daba la vuelta al mundo a través de las redes sociales junto con esta leyenda:

“En el pasado tu me tenías sobre tus piernas, ahora lo hago yo abuelita, sin vergüenza y sin temor… para recordar a todos que la vida hay que vivirla y combatirla… en la vida se debe estar presente siempre y en cualquier circunstancia… este es mi deseo para el 2015: la presencia de alguien al lado que te pueda proteger y confortar, pero también estar feliz y sonriente con nosotros…”

rodolfoEsta no es la única escena que desde que el socialmedia pasara formar parte de nuestras vidas ha recorrido ordenadores, tabletas o smartphones de medio mundo hasta llegar a nuestro dispositivo. ¿Quién no se acuerda del hipercoreado Amo a Laura?, ¿y del famoso Rodolfo Chikilicuatre y su canción ‘Baila el chiki-chiki’? Seguro que también os sonarán -a algunos más a que a otros- el robo del escaño de Zapatero, la petición a través de la plataforma Change.org de la retirada de la publicidad en programas que pagan a familiares de criminales, la campaña de de Berercasillas.com en la que se explicaba cómo atarse el nudo de la corbata, el cajero de la felicidad de Coca Cola o la campaña que lanzaba Spanair en 2011 para felicitar las Navidades, en la que durante un vuelo el piloto aseguraba haberse cruzado con Papa Noel. Imaginaros la cara de los niños:

Pero ¿de qué estamos hablando? Pues ni más ni menos que del sueño de cualquier marca: que su campaña publicitaria consiga el tan anhelado efecto viral en redes sociales, un concepto que aunque ciertamente suene algo negativo, es crucial para las empresas que trabajan día a día para crearse o mantener su hueco en el mercado.

El efecto viral o la viralización no es más que el boca a boca del mundo off line, pero a mayor escala. Se produce cuando un contenido llama la atención de muchas personas y comienza a propagarse rápidamente y de manera exponencial como si de un virus se tratara. En semanas, días, horas o incluso minutos podemos estar visualizando, por ejemplo, el videoclip de la canción Gangnam Style, el famoso selfie de Ellen Degeneres durante la gala de los Oscar o el Ecce Homo de Borja.

selfie

Marketing viral
Es así como llegamos al concepto de marketing vital, estrategia que persigue obtener grandes beneficios con un esfuerzo económico mínimo, motivo por el cual está al alcance tanto de grandes compañías como de pequeñas empresas. Unas y otras quieren acercar a los clientes potenciales a sus productos o servicios a través de los mensajes que difunden, y las redes sociales son el medio perfecto para conseguir el efecto viralizador.

Cualquier agencia publicitaria sabe que los efectos de una campaña de marketing viral exitosa son claros y contundentes; y aunque este tipo de campaña posee unos ingredientes que no deben faltar para asegurarse el éxito –pero que no tienen por qué darse todos juntos– lo cierto es que el componente de la imprevisibilidad siempre está presente.

Ingredientes para una campaña exitosa de marketing viral:

– Apelar a los sentimientos, a la emotividad. Una buena campaña viral debe transmitir. Si no lo logra, habrá caído en saco roto. Ejemplos: campaña Spanair para felicitar las Navidades, campaña Campofrío, campaña Ice bucket challenge.

– Una campaña viral debe ofrecer entretenimiento y humor. Ejemplo: campaña Baila el chik-chiki.

– En otras ocasiones, una campaña simplemente debe llamar a la acción. Lo importante es que el objetivo esté claro y definido. Ejemplo: campaña para la retirada de publicidad de programas que pagan a familiares de criminales.

– Debe ser atractiva, diferente, exclusiva. La originalidad siempre tiene premio. Ejemplo: campaña diseñada por Atrápalo en la que se grabó a tres parejas con cámara oculta.

– Debe cuidar al detalle la apariencia, es decir, nada de textos ilegibles o fotografías o vídeos pixelados. La distinción siempre marca la diferencia. Ejemplo: campaña cajero de la felicidad de Coca Cola.

– Y por supuesto, no debemos olvidarnos del trasfondo, del lenguaje técnico: como mínimo una buena campaña viral debe utilizar plugins que faciliten el acceso rápido para compartirla en las diferentes redes sociales y tener titulares atractivos y acordes a las reglas del lenguaje SEO para facilitar su propagación.

Despido esta entrada con uno de los vídeos virales que más me ha llamado la atención: ¿Qué pasaría si la telequinesis fuera real? ¿Todavía no había llegado a tu pantalla?