Por Iván Fabrega.

Es posible que alguna vez te hayas preguntado ¿por qué las tramitaciones frente a la administración pública son tan complicadas? Lo cierto es que tenemos una legislación muy extensa, y la normativa sobre temas técnicos no se queda atrás, en muchos casos existen manifiestas discrepancias entre las regulaciones locales, autonómicas y nacionales. A ese cúmulo de preceptos legales, hay que añadir los distintos criterios esgrimidos por parte de las administraciones según de qué población hablemos y/o técnicos corresponda. Este tema se ha ido acrecentando y en la actualidad prácticamente no se puede realizar ningún proyecto, sin que previamente se haya consensuado con la administración algún tema, bien sea por temas técnicos o por administrativos.

En medios podemos ver anunciadas algunas iniciativas para agilizar los trámites, pero en realidad nunca se llevan a cabo. ¿No deberían plantear desde algún estamento un tipo de ventanilla única? Con interlocutores válidos, y procedimientos claros, es decir, que entienda cualquier ciudadano. Esto último que puede parecer baladí, haría que no únicamente pequeños negocios se establecieran de forma más rápida, sino que empresas nacionales o extranjeras decidieran invertir y montar sus plantas en España, con garantías legales y solventes, y sobre todo, de forma rápida, para intentar rentabilizar cuanto antes la inversión, además de la creación de puestos de trabajo que ello conlleva, elemento de tan necesaria concurrencia en la actualidad. 

Por lo tanto, creo que desde la administración pública se debería hacer un esfuerzo en este sentido, en la línea de unificar la legislación, crear unos criterios generales y no abiertos, y lo más importante; simplificar la tramitación para nuevos negocios. Asimismo, los técnicos tenemos encomendada la tarea de garantizar la seguridad y dimensionar estructuras e instalaciones, no para la realización, gestión y tramitación de tareas administrativas vinculadas a operaciones ajenas a nuestra responsabilidad profesional.