Por Santiago Fernández, ingeniero industrial colegiado.

Me gustaría añadir como curiosidad algunos detalles que no debemos olvidar si analizamos el perfil del ingeniero. De hecho, en el ámbito de nuestra formación, es algo habitual en nuestro día a día el uso de números irracionales, esos monstruos matemáticos que nos recuerdan que el orden natural de las cosas parece que está tocado por cierto halo divino que hace que nunca dejemos de sorprendernos.

De entre ellos, el que aparece de manera más recurrente en el arte es el número áureo, {\displaystyle \varphi ={\frac {1+{\sqrt {5}}}{2}}\approx 1,6180339887498948...}, que debe su nombre fi al más famoso de los escultores de la Antigua Grecia, Fidias. Cierto es que la relación geométrica a la que se refiere.

formulaEs conocida desde la antigüedad por existir de manera recurrente en la naturaleza y por el carácter estético de ésta. También, y en lo que se refiere al arte, la música es una de las disciplinas que no se ha librado de la tiranía de las matemáticas, y la parte más ingenieril de ésta, que sería la construcción de instrumentos musicales, está basada en la consecución de esta relación.

Otro de los ejemplos más notables subyace en los instrumentos de cuerda, y más precisamente en la construcción del violín. Esta relación, empleada por Stradivarius, se utiliza para calcular no solo las dimensiones generales, sino también las distancias de las efes (los orificios en la tapa) o la voluta, elementos que guardan esta divina proporción.

violin