Por Sergio Gordillo, ingeniero industrial colegiado y Socio Director de Improven

El Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de la Comunitat Valenciana está abordando un ciclo de mesas redondas sobre los retos que tienen que abordar las empresas para poder dar respuestas al cambio de ciclo que está suponiendo el desarrollo vertiginoso de las tecnologías en la sociedad, concepto que se engloba bajo el nombre de Industria 4.0. Estamos inmersos en un cambio de época en la que confluye la mayor generación de innovación que ha vivido el hombre en su historia.

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Estas sesiones están permitiendo entender de primera mano de expertos en cada una de las tecnologías, casos reales de aplicación en la empresa, así como los pasos que deben abordarse para poder dar respuesta con las mejores garantías de éxito. Está quedando absolutamente patente que todo lo que pueda ser digitalizado lo será, y todo lo que pueda estar conectado se conectará.

Los pasos para aterrizar esta transformación de la empresa podemos resumirlos en:

  1. Capacidad de la dirección para aterrizar las fuerzas del cambio. Muchos sectores ya se han visto transformada su cadena de valor y pueden servir de referencia como para traducir su impacto en el propio negocio (viajes, prensa, fotografía, banca…). Aplicar la tecnología sin reflexionar cómo va a cambiar el modelo de negocio es una irresponsabilidad. Tenemos que replantear muchos de los procesos, métodos, estructuras, hábitos actualmente establecidos. Atreverse a abordar un proceso de destrucción creativa, que tenga claro el para qué existe la organización y que pueda replantear de manera abierta el cómo hace y qué hace. Tener muy presente el para qué existe la empresa y partiendo desde lo que sabe, sin estar atada a la inercia de lo que hace actualmente, pero si aprovechando al máximo las capacidades que puedan ir migrando hacia el futuro.
  2. Compromiso de la dirección para abordar un proceso de innovación y que determine una nueva estrategia del modelo de negocio, así como capacidad de inversión y asignación de recursos valiosos para ello. Es normal que no exista una visión clara del nuevo modelo de negocio, pero si la voluntad de empezar a andar este nuevo camino e ir dando pasos progresivamente. Sin duda la falta de tamaño de nuestras empresas es un hándicap relevante, y se vuelve imprescindible abordar un proceso de innovación más abierto y colaborativo.
  3. Capacidad de implantación y ejecución de un plan previamente definido y que suponga relevantes cambios en la cultura de la empresa así como en la captación y gestión del talento necesario. Experimentar en el negocio las nuevas herramientas tecnológicas que se van consolidando progresivamente e ir haciéndolas propias, integradas de manera natural en el día a día de la empresa (web, algoritmos, data analitics, big data…) de forma que seamos capaces de ir alineando la tecnología con el negocio rompiendo los silos de la organización. Todo un proceso de gestión del cambio y de liderazgo. Lo difícil realmente no es pensar un plan, es la implementación y ejecución del mismo, es cambiar la organización. Hacer que las cosas ocurran.

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No podemos dar el liderazgo de un proceso de digitalización a un friqui tecnológico. Es imprescindible que el responsable del cambio conozca el negocio en el que opera y ponga al cliente en el centro de su objetivo, lo escuche al máximo, de modo que pueda ir tomando decisiones sobre cómo debe cambiar el negocio. Una emulsión de la tecnología y las personas que desarrolle una cultura tecnoempática, que sin duda va a suponer nuevas formas de gestión empresarial.

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