Por José Juan Campillo Ruiz, miembro de la Junta Gobierno COIICV-Presidente Colegiación y Director UNIDEMA
Año tras año nos encontramos con informes de organismos internacionales que ponen de relieve la realidad educativa que tenemos en este país, pero, ¿cuál es esa realidad?
La realidad española la conforman un total de 84 universidades, de ellas 50 son de titularidad pública, mientras que las 34 restantes pertenecen a iniciativas privadas con 234 campus y 113 sedes que dibujan el mapa de universidades españolas.
La cuestión a resolver, es, la de saber si las mismas están cumpliendo uno de sus papeles principales, de su misión tal y como viene recogido en la Ley Orgánica de Universidades: “La preparación para el ejercicio de actividades profesionales que exijan la aplicación de conocimientos y métodos científicos y para la creación artística”
Entendiendo la preparación, como la maduración de los alumnos y su posterior ingreso en el mercado laboral, a fin de ver cumplidas sus expectativas como profesionales, como personas que depositan su confianza en un sistema educativo en connivencia con la realidad social y económica. La misma que debe de acogerlos una vez estos finalicen su etapa educativa superior.
Echando un vistazo al informe del MECD sobre la tasa de afiliación de los egresados universitarios, cuatro años después de finalizar los estudios, nos encontramos la siguiente tabla, donde, como datos destacados encontramos que las tasas más elevadas las encontramos en aquellas referidas a ingeniería e industria, también transporte y administración y negocios, áreas, que dicho sea de paso, los ingenieros industriales tienen competencias más que acreditadas. Reseñable el hecho que, excepto alguna excepción, los estudios de máster mejoran las tasas de afiliación.
Informe MECD
Atendiendo al propio informe del MECD, cabe hacer mención expresa, al sustancial progreso que ha tenido no solo la oferta formativa en materia de másteres, sino la demanda creciente de los mismos, posiblemente como mecanismo de adaptación no solo a una especialización sino como herramienta de paso directo al mercado laboral.
Como vemos, independientemente de la rama, el crecimiento es muy significativo, pero, cabe poner el foco en una cuestión, las que más fuerza coge, es la demanda de másteres en universidades privadas, y dicho crecimiento ha ocurrido en el periodo de más peso ha tenido la crisis económica. Podría parecer una paradoja, puesto que, un estudio de máster en una universidad privada, tiende a tener unos costes más que significativos, pero es importante estudiar la posibilidad de que dichas instituciones privadas con menor encorsetamiento y mayor libertad de actuación, puedan obtener una más rápida respuesta a las necesidades reales de mercado, no solo aplicando en tiempo y forma (másteres propios, contratación de personal cualificado, técnicos y directivos de prestigio en el claustro…) sino anticipándose. Valga como ejemplo EDEM (Escuela de Empresarios) con el máster MBA JUNIOR y un 90% de empleabilidad este y otros ejemplos de másteres título propios de instituciones privadas (IESE, ESADE, ETSINE, IE…) con una docencia muy práctica y estudios del caso deben hacer reflexionar sobre la agilidad de las instituciones educativas públicas.
Ahora, entremos a valorar los datos reflejados en el informe que se elaboró por parte de los Consejos Sociales de las Universidades Públicas (primer y último informe hasta la fecha en modo interactivo gracias a la aplicación de ElPaís)
Escogiendo sin ningún tipo de filtro académico, más que el listado de las 10 primeras titulaciones por orden de inserción laboral, encontramos 9 públicas, las 9 primeras, seguidas de una institución privada, la décima. Atendiendo a la titulación, observamos que la primera de ellas, la Universidad de Cádiz, ostenta el primer puesto con el título de Ingeniero Industrial.
Si profundizamos brevemente en el análisis de los datos de estas 10 primeras, observamos el que el número de titulados es reducido, lo que bien podría hacernos imaginar que, con un grupo reducido de alumnos (un tamaño medio de grupo pequeño) se es capaz otorgar una mejor atención, más individualizada que puede verse reflejado en unas mejores tasas de inserción laboral (cabe recordar, que se recogen los datos referentes a titulaciones de primer y segundo ciclo, y no de grado, máster o doctorando).
Fuente: El País informe Consejos Sociales
Seleccionando la Universidad Politécnica de Valencia, encontramos que, entre las 10 primeras, está la titulación del Ingeniero Industrial, con un 69,5% de inserción laboral, de las numerosas titulaciones que la UPV dispone, es un dato nada desdeñable más si cabe, si tenemos en cuenta que la Valencia como provincia, se encuentra en la posición 19 de provincias con mejores tasas de empleo y en el puesto 21 de las provincias con mayor tasa de paro, un 20,86% de media en los últimos cuatro trimestres, lejos del 16,19% de Madrid o del 10,31% de Guipuzkoa.
6¡Fuente: ETSINE Business School
Todos estos datos, pueden distorsionar el foco de atención, pues, lo importante de todo lo aquí expuesto hasta ahora, es la de, intentar averiguar si, el cometido de la formación superior está atendiendo las necesidades propias de los alumnos que integran la comunidad universitaria, por un lado, y de la sociedad por otro.
Ni que decir queda, que, el entorno económico al que nos vemos expuestos, dista mucho de ser el óptimo que ayude a un pleno empleo (entendiendo como tal, tasas de empleo cercanas al 5%) pero igual de cierto es, que las herramientas de mayor calado y trascendencia que tiene la sociedad civil a su alcance deben estar no solo al servicio de la misma, sino debe funcionar a un ritmo ágil que permita cambios y adaptaciones al ritmo que la sociedad avanza, en un entorno de muy rápidas transformaciones (digital, sociedad del conocimiento, tecnología…)
Uno de los informes internacionales con mayor repercusión, es el que realiza el World Economic Forum, en su global competitiveness report, el informe global de competitividad por países. En él, observamos como la economía española saca muy buena nota en infraestructuras, somos un país con muy buenas comunicaciones(aun a falta de conectar el litoral mediterráneo), en salud y educación primaria, y peor nota en educación superior, eficiencia del mercado laboral y del desarrollo del mercado de financiación.
No son tres factores aislados, más bien todo lo contrario, muy conectados entre sí. Y a modo de resumen, importante destacar la necesidad de conectar universidad, empresa y mercado laboral, con mecanismos ágiles que fomenten el cambio, no solo por presión sino también por previsión. ¿Cómo? Posiblemente esto y más lo dejemos para un segundo post en el blog.