Por Isolina Espinosa.
Recientemente, un anuncio publicitario de una conocida marca de seguros nos decía que Vicente del Bosque y cualquier persona del mundo estaban separadas por tan solo seis individuos. Como no soy una apasionada del fútbol, este grado de separación con el entrenador de la selección española no me causa especial interés. Sin embargo, sí es verdad que este spot me hizo pensar en que, por esa regla de tres, también podría encontrarme a tan solo seis pasos de conocer a determinadas personas que sí me puedan interesar o de establecer contactos que profesionalmente puedan ser interesantes.
Pero, sobre todo, el anuncio en cuestión me despertó la curiosidad por conocer detalladamente esta teoría que en los últimos tiempos, con las redes sociales, está dando mucho que hablar. La Wikipedia fue mi primera parada a la hora de concretar en qué consiste la propuesta de los “seis grados de separación”:
“Se le llama ‘Seis grados de separación’ a la hipótesis que intenta probar que cualquiera en la Tierra puede estar conectado a cualquier otra persona del planeta a través de una cadena de conocidos que no tiene más de cinco intermediarios (conectando a ambas personas con sólo seis enlaces)”
Siguiendo la explicación que nos da la Wikipedia:
“El concepto está basado en la idea de que el número de conocidos crece exponencialmente con el número de enlaces en la cadena (…) Cada persona conoce de media, entre amigos, familiares y compañeros de trabajo o escuela, a unas cien personas. Si cada uno de esos amigos o conocidos cercanos se relaciona con otras 100 personas, cualquier individuo puede pasar un recado a 10.000 personas más tan solo pidiendo a sus amigos que pasen el mensaje a otros amigos”.
De la hipótesis a la teoría. Las redes sociales
Imbuidos como estamos en el mundo del social media y del networking, enseguida nos damos cuenta de que la gran mayoría de las redes sociales que conocemos se basan en esta premisa:
Esta idea se puso sobre la mesa por primera vez en 1930: lo hizo Frigyes Karinthy, poeta, novelista, periodista y traductor, a través de uno de sus cuentos. La propuesta fue desarrollada más tarde por el sociólogo Duncan Watts en su libro Six Degrees:The Science of a Connected Age.
Desde entonces la hipótesis se ha intentado demostrar en varias ocasiones. A lo largo del siglo XX se llevaron a cabo diversos estudios desde diferentes perspectivas, y aunque algunos investigadores estuvieron cerca, parece ser que no consiguieron corroborar al cien por cien la propuesta. En 1991, el cineasta Fred Schepisi exploró esta hipotética circunstancia en Seis grados de separación, protagonizada por Will Smith y Donald Sutherland.
Ya en el siglo XXI, en 2008, un estudio de Microsoft sí fue capaz de demostrar que dos individuos están concectados entre sí por no más de 6,6 grados de separación, lo que significaba que tan solo eran necesarios, como mucho, siete intermediarios para establecer una relación entre ambos. Microsoft se basó en su servicio de mensajería instantánea Messenger para desarrollar este estudio.
Pero no fue hasta 2011 cuando Facebook no solo se probó la hipótesis que en 1930 propusiera Frigyes Karinthy, sino que consiguió reducir el número de eslabones. El estudio “Anatomy of Facebook” daba un resultado aproximado de 4,75 eslabones de separación entre dos personas cualesquiera de cualquier parte del mundo. Y no solo eso, sino que también demostraba que el aumento en el número de usuarios de Facebook repercutía en una disminución del número de pasos para establecer el contacto.
El poder del networking
Esta evolución en las investigaciones nos hace reflexionar una vez más sobre el gran poder que tienen las redes sociales y sobre su relevancia a la hora de establecer contactos profesionales de calidad, siempre y cuando ‘hagamos un buen networking’, es decir, trabajemos bien nuestra red de conocidos. Ya en alguno de los post de este blog hemos hablado sobre lo importante que es utilizar adecuadamente las redes que tenemos a nuestro alcance para sacarles un buen partido profesional.
Un buen trabajo en este sentido facilitará la ‘venta’, lo que en el ámbito del social media se traduce en la viralización de nuestro contenido. De esta forma, daremos a conocer a un número de contactos cada vez más amplio nuestro ‘producto’, en función de cada círculo de nuevos contactos en el que logremos penetrar. La teoría de los “Seis grados de separación” y su concepto de crecimiento exponencial del número de conocidos harán el resto para que la difusión de nuestro perfil llegue a buen puerto.