Por Jesús Casanova, ingeniero industrial y Director del Centro Europeo de Empresas Innovadoras de Valencia (CEEI Valencia).

Actualmente la supervivencia de muchas empresas pasa inevitablemente por el ejercicio de un buen liderazgo. Es importante entender primero que el liderazgo es el arte de motivar, comandar y conducir a personas, y el líder es la persona que dirige, crea un equipo y lo gestiona, toma la iniciativa, motiva, evalúa e innova en cualquier contexto.

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Para el líder es clave generar confianza y credibilidad, cualidades que resultan indispensables para conseguir el resto de los objetivos del líder. Dentro del liderazgo, existen varios tipos, pero los principales son: el líder directivo, que determina tareas, procedimientos y directrices a seguir, maneja cambios y está abierto a nuevas ideas; cuando la madurez profesional es baja, son los más adecuados. El líder participativo, analiza los problemas en grupo y toma las decisiones consensuadas; necesita que su equipo este motivado y para ello aumenta la autoestima del personal. El líder apoyador, que fija los objetivos y responsabilidades, supervisa y ayuda a conseguir las metas; es el adecuado cuando la motivación del grupo es algo baja. Y por último, el líder delegador, que ofrece más autonomía ya que suele tener un equipo más preparado y sólo necesita definir algunas estrategias y tomar las decisiones importantes.

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Algunas de las habilidades que debe tener un líder son: carisma, inteligencia, disciplina, paciencia, respeto e integridad; pero también debe ser consciente que sus acciones influirán en las decisiones y comportamientos de las personas que dependan de él. Además, como gestor de talentos, debe tratar de conseguir la implicación y no solo la participación de los mejores y sacar lo mejor de su grupo desarrollando sus habilidades y destrezas. Pero no hay que olvidar que, como en otras disciplinas, el liderazgo es un comportamiento que se puede ejercitar y perfeccionar con el tiempo.

Un factor importante a tener en cuenta, tanto en el líder como en su equipo, es la procrastinación, “hábito de aplazar tareas que deben atenderse en favor de otras irrelevantes o más agradables”. Un enemigo invisible que viene a ser un ladrón de tiempo en las empresas, ya que estas dejan de tomar decisiones, no desarrollan las tareas necesarias, y las desplazan para el futuro o esquivan su cumplimiento.

Algunos consejos para desarrollar el liderazgo son conocer bien tu trabajo y tus objetivos, reconocer tus fortalezas y debilidades y dar ejemplo de conducta y profesionalidad. Procurar que el personal esté informado y formado y que conozcan las instrucciones relativas a las tareas a realizar, servirá para que tu equipo se sienta más implicado. Además es importante mantener un ambiente de trabajo positivo, ofrecer posibilidades de desarrollo profesional, y por ultimo reconocer los trabajos bien hechos y buscar cómo premiarlos.

El éxito de muchas empresas estará condicionado al ejercicio de un liderazgo que impulse la innovación, que desarrolle y motive la inteligencia colectiva y sobre todo, que sea el ejemplo vivo de aquello que predica.