Por Salvador Puigdengolas Rosas, Presidente de la Demarcación de Valencia del Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de la Comunitat Valenciana

Atribuida al Rey de Inglaterra James I, quien en 1616 escribió: “No news is better than evil news”, la versión moderna del libro de James Howell indicaba “I am of the italians mind that said no news good news”, es decir, que la ausencia de noticias son, por sí mismas, una buena noticia.

Businessman with arm around male coworker at desk
                                no news

Si hablamos en términos de prevención de riesgos laborales, dicha frase es contraria a los intereses de seguridad y salud en el trabajo tanto de la sociedad, en su conjunto, como de la población trabajadora, en concreto. Y, actualmente, existe la ausencia de “buenas” noticias en dicho ámbito, con un aumento más que preocupante de la siniestralidad laboral tanto a nivel nacional como, principalmente, en nuestra Comunitat.

Ya indicaba en un post anterior que “la Seguridad y Salud en el Trabajo de todas las trabajadoras y todos los trabajadores, y operadores intervinientes en el mercado laboral, debe ser más que un reto para la sociedad en su conjunto, con el fin de alcanzar tolerancia cero con los accidentes de trabajo y enfermedades profesionales”. Reto que, en particular, debe ser abanderado por parte de la administración.

Y es ahí en donde no encontramos noticias, o las que encontramos, no son buenas.

Políticas de liberalización económica, tendente a una libre competencia, nos han abocado a una desregulación sectorial que, en el campo de la seguridad industrial, es más que alarmante. Y más si cabe que ya en el año 1996, en la segunda edición de los criterios para evaluar riesgos en el ámbito laboral, el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo indicaba que si un equipo de trabajo (entendido como cualquier máquina, aparato, instrumento o instalación) cumplían los reglamentos de seguridad industrial, estos se consideran intrínsecamente seguros y exentos de riesgo para los usuarios.

Políticas de desregulación en materia de seguridad industrial que nos han abocado a una falta de control y supervisión de equipos, sobre todo máquinas (con una reglamentación de comercialización y puesta en servicio que permite la autocertificación sin más control en el proceso de venta y puesta en servicio) e instalaciones, que impiden poder controlar una correcta ejecución o instalación, o el verificar el estado de los mismos y, por tanto, la inexistencia de factores de riesgo asociados a su uso.

Y es ahí en donde debería incidir la administración con el fin no sólo de garantizar la seguridad y salud de los usuarios sino, a su vez, de la población trabajadora, con medidas que fomenten el control y supervisión de los equipos de trabajo que, actualmente, son una de las principales fuentes del incremento de la siniestralidad laboral.

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Y es ahí, como colectivo de Ingenieros Industriales, donde nos debemos posicionar como referente en la materia y apoyo a toda administración que fomente políticas de control y supervisión de la seguridad industrial. De esa forma podremos nuestro granito de arena en la toma de consciencia y alcance de tolerancia cero con los accidentes de trabajo y enfermedades profesionales.
Fomentemos la Seguridad Industrial, porque es cosa de todas y todos.